Por: Norma Sactic Suque
Guatemala un país que se caracteriza por su riqueza cultural, los pueblos indígenas, conformados por las 22 comunidades lingüísticas del pueblo maya, el pueblo garífuna y el pueblo xinka representan el 41% de la población total, según datos del Censo de Población del año 2002, y de este dato el 51.1% los representan las mujeres, cifras que se actualizarán con los resultados del censo que actualmente está en proceso en su etapa post censal.
El 53.9% de la población vive en el área rural y de este porcentaje el 48.8% es población indígena, ubicados principalmente en los departamentos de: Sololá con 96.8%, Totonicapán 93.6%, Alta Verapaz 93.5%, El Quiché 83.9%, Chimaltenango 71.6%, según datos de la ENCOVI 2014, además, son los departamentos que presentan los índices más altos de pobreza y pobreza extrema, siendo las mujeres y las niñas indígenas las que sufren de estas condiciones.
A nivel nacional, la Constitución Política explicita en consagrar la igualdad entre mujeres y hombres y los gobiernos han adoptado una gran variedad de leyes que establecen la igualdad de género, entre ellas, leyes específicas contra la violencia.
Con la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, los países se comprometieron a poner fin a la pobreza, combatir todas las desigualdades y construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas fundadas en los derechos humanos, la igualdad de género y la protección del medio ambiente. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) reconocen que las iniciativas para poner fin a la pobreza deben ir de la mano de estrategias que favorezcan la distribución equitativa del crecimiento económico y aborden una serie de necesidades sociales críticas para la igualdad de género, tales como la educación, la salud, la protección social, el trabajo doméstico y de cuidados, la salud sexual y reproductiva y el acceso de las mujeres a los recursos económicos, la propiedad y el control dela tierra.
Empoderamiento económico de las mujeres indígenas
Debe ser entendido como un proceso que incluye una dimensión individual y colectiva, debe partir del reconocimiento del poder que las propias mujeres poseen basado en sus conocimientos y prácticas tradicionales. Se debe concebir el empoderamiento de las mujeres indígenas como un proceso que implica un cambio de paradigma.
Barreras que enfrentan las mujeres indígenas en su empoderamiento económico
- Formación y capacitación en todo lo que tiene que ver con la gestión empresarial, con las cadenas de valor, el registro de los productos, el acceso y manejo de las nuevas tecnologías; problemas que pasan indudablemente por la formación y capacitación y que algunas mujeres han conseguido superarlo a través de su formación autodidacta.
- El acceso al financiamiento. Si es un problema general para los pueblos indígenas es el acceso a capital de trabajo, a través de créditos accesibles, para las mujeres indígenas es un problema añadido o reforzado; los actores financieros tradicionales desconfían de la capacidad de devolución en ocasiones de los Pueblos Indígenas por esos prejuicios en torno a las economías indígenas, como economías que entran en contradicción con la economías de mercado, no hay productos financieros específicamente diseñado para mujeres indígenas y todavía hay pocas experiencias de bancos comunitarios, el microcrédito es clave para impulsar estos emprendimientos”.
- El acceso a mercados, nacionales e internacionales, la doble discriminación, es que muchas políticas públicas no se centran en este tipo de iniciativas.
Retos para el contribuir al Empoderamiento Económico de las Mujeres Mayas, Garífunas y Xinkas
- Promover acciones articuladas desde las mujeres mayas, garífunas y xinkas hacia las instituciones públicas para incorporar las propuestas del tema económico desde las comunidades.
- Articular las propuestas sobre el tema económico establecidas en la Política Nacional de Promoción y Desarrollo Integral de las Mujeres y en la Política Pública para la Convivencia para la Convivencia y la Eliminación del Racismo y la Discriminación Racial.
- Diseñar programas con mujeres indígenas y generar una economía local y de autoconsumo, propios de las comunidades.
- Realizar un estudio o diagnóstico para profundizar sobre la economía desde la visión de los pueblos y mujeres indígenas.
- Que el Estado reconozca apoyar el derecho de las mujeres a poseer y usar tierras, incluyendo los derechos colectivos y de usufructo a la tierra y a la propiedad común y aplicar acciones basadas en el Consentimiento Libre, Previo e Informado.
- Se debe apoyar las actividades económicas de las mujeres indígenas, en consulta con ellas y tener en cuenta los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas, a fin de fortalecer su liderazgo y mejorar su desarrollo, en particular mediante la igualdad de acceso a los recursos productivos y los insumos agrícolas, tierras, semillas, servicios financieros, tecnología, transporte e información.
- Facilitar recursos a las de mujeres indígenas para impulsar procesos de empoderamiento individuales y colectivos que abarquen varias dimensiones de la vida, como por ejemplo educación, formación de capacidades y liderazgo, economía y producción, comunicación y nuevas tecnologías, fortalecimiento organizativo, formación de alianzas y participación en espacios de decisión, entre otros.